¿CALDERON OTORGARA LA
PRESIDENCIA A LOS CHUCHOS?
* Calderón Copia a Zedillo o Zedillo le Dice qué Hacer
* Los 2 Provocaron Rebelión de Militantes
* Hoy, Nava; José Antonio Fernández, Ayer
* Presidentes Repudiados por sus Partidos
DE JOSE A. PEREZ STUART
La actual rebelión abierta, declarada, de los militantes del partido oficial contra el Presidente de la República, no es un hecho inédito en la vida política de México: la que está provocando el actual mandatario mexicano, Felipe Calderón, es idéntica a la que su mentor, Ernesto Zedillo, también indujo y finalmente le llevó a idear la entrega de la Primera Magistratura del país a Vicente Fox.
La historia es muy simple, aunque no por muchos recordada.
En efecto, Ernesto Zedillo, quien llegó al poder gracias a los esfuerzos de Carlos Salinas de Gortari frente a la clase política, luego del asesinato de Luis Donaldo Colosio, además de enderezar una campaña contra los Salinas de Gortari, se alejó del Partido Revolucionario Institucional en lo que se dió en llamar un "sano distanciamiento".
Durante la primera parte de su mandato se revivió al desfalleciente perredismo --en aras de sepultar todo aquello que oliera a salinismo--; se olvidaron las trascendentales reformas modernizadoras emprendidas por el gobierno que le había antecedido, y el Partido político que lo llevó a la Presidencia de la República, fue dejado en el olvido. Lo único que se empleó fue a los sumisos legisladores que aprobaron el golpe de estado consistente en la pulverización de la autonomía del Poder Judicial, al quitar a los ministros de la Suprema Corte y colocar a otros de una terna "palomeada" en Los Pinos.
Sin embargo, conforme se fue acercando el fin del mandato sexenal zedillista, el Partido Revolucionario Institucional pareció ir recobrando interés en Los Pinos. En efecto, se acercaba la sucesión presidencial y había que "aceitar" la máquinaria electoral. Fue así que de buenas a primeras se buscó el reemplazo del presidente del comité ejecutivo nacional del partido oficial e imponer a José Antonio Fernández. Frente a esta situación se generó un abierto rechazo a la militancia priista. Se vivieron momentos de enorme tensión, en la que por primera ocasión, se hizo referencia a una pretendida intromisión e imposición del Presidente de la República en la vida interna y gobierno del PRI. La abierta rebelió condujo a una negociación, a partir de la cual Mariano Palacios Alcocer pasó a jugar un papel significativo, de eslabón entre las partes en conflicto.
A partir de ahí, Zedillo entendió que si ganaba el PRI las siguientes elecciones presidenciales, el primero que sería sacrificado, ofrecido, inmolado, sería él. Y por ello, si bien mantuvo el respaldo a Francisco Labastida con tal de evitar que el abanderado priista fuera Roberto Madrazo, al final de la jornada electoral prefirió salir aquella noche del primer domingo de julio del 2000 por la televisión para adelantarse al IFE y decir que el ganador de los comicios era Vicente Fox Quezada. Punto. Así.
A partir de ahí, en las dos administraciones que le han seguido: la del mismo Fox y la de Felipe Calderón, ha perpetuado su influencia, cogobernando mediante la colocación de personas de su confianza y cercacanía en los distintos niveles del gabinete.
Es por ello que se habla en México de la existencia de un zedillato.
De un minimaximato, pues.
Y es en este contexto donde se ha reproducido la escena. Ahora Felipe Calderón parece querer imponer a un hombre suyo como presidente del partido, para que maneje la sucesión presidencial, y las bases panistas se han rebelado. Lo mismo que le pasó a Zedillo.
El hecho de que se repita al dedillo la escena ha hecho surgir entre los analistas la interrogante de si Calderón está copiando a Zedillo, o si es Zedillo el que le ha sugerido a Calderón qué hacer.
Como lo que finalmente está en juego no es tanto la presidencia del PAN, sino la selección del candidato presidencial para las próximas elecciones, aquí cabe preguntar qué hará Calderón: ¿se arriesgará a que el PAN decida libremente escoger a un candidato o preferirá --como lo hizo Zedillo con Fox--, regalarle la silla presidencial a un candidato domesticadito, que en este caso sería el del PRD con Los Chuchos a la cabeza, dado que en el PRI, la derrota del PRI en Sonora mató políticamente a Eduardo Bours, la carta política que tenía el zedillato?
Al tiempo...
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