lunes, 26 de noviembre de 2018

AMLO: El Mick Jagger que hunde a México.

*   SUS VIEJAS "ROLAS" ESTATALISTAS YA FRACASARON Y ESPANTAN.



*   PROPUESTAS INADECUADAS DEL "SUPREMO CONSEJO" DE LUCERNA.



*   2018: DISPUTA ENTRE LIBERALES, SOCIALDEMÓCRATAS Y NACIONAL-REVOLUCIONARIOS.





De JOSÉ A. PÉREZ STUART





Jefes de estado, políticos y analistas del mundo, testimoniarán el próximo 1 de diciembre en México un retro salto tan traumaticamente espectacular, que sólo podría compararse con el sorprendente anuncio de que El Gran Houdini volvería ese mismo día a subir al escenario para pretender repetir el mítico experimento que lo condujo a la muerte





Y es que el próximo 1 de diciembre, en efecto, subirá al máximo escenario político de México el Mick Jagger del socialismo latinoamericano: el sexagenario Andrés Manuel López Obrador, para cuyo ascenso a la Presidencia de su país, trabajaron afanosamente en lo oscurito las viejas facciones revolucionarias tan radicalmente opuestas a las Reformas modernizadoras emprendidas por los liberales encabezados por el aún Presidente mexicano, Enrique Peña Nieto...que incluso lo primero que decidió AMLO, aún antes de asumir el cargo, fue impedir que se siga construyendo un extraordinariamente moderno y gigantesco aeropuerto en la ciudad capital del país.






Para los conjurados en el ascenso de López a la Presidencia de México, en efecto, todo lo que sea moderno, es sinónimo de "neoliberalismo", y por lo tanto, debe ser aplastado




*  La indispensable Reforma Energética emprendida igualmente por Peña Nieto, ha sido ya repudiada por López y su grupo nacional-revolucionario, dado que dicha Reforma cometió el pecado de abatir el sacrosanto estandarte del manejo petrolero por parte del gobierno mexicano.





*  La de la misma manera necesaria Reforma Educativa, que puso fin al control sindical sobre la instrucción pública en México, también está siendo desmantelada por el nuevo gobierno de López, en colaboración con los viejos grupos manipuladores del magisterio nacional.





Pero este funeral de las modernizadoras Reformas emprendidas por Peña Nieto para actualizar a México y desmantelar el oneroso estatalismo que sobrevivía en el país --a costa de romper con los controles e intereses de poderosos grupos político-económicos enquistados en las estructuras de mando desde el término de la Revolución Mexicana--, no se está realizando como consecuencia del espejismo de una "apabullante victoria" de López y su Partido, MORENA, en las elecciones generales celebradas en julio pasado. No.





Más bien se trata del resultado de pactos anteriores. De hecho, los números oficiales de la llamada "aplastante victoria" electoral de López y de su Partido "MORENA" en los comicios, son expresión de acuerdos y negociaciones previas entre los viejos grupos de poder afectados por la política liberal de Peña Nieto y "el Nuevo PRI" no estatalista





Para decirlo con la mayor claridad posible: las viejas facciones nacional-revolucionarias primero establecieron acuerdos, pactos, negociaciones que buscaban detener el desmantelamiento peñanietista de todos los mitos y dogmas que a ellas les habían permito mantener el control del país durante poco más de medio siglo, y una vez que lograron sellar entre sí los tratos secretos, entonces operaron el "triunfo" del nuevo partido-Gobierno sustituto del PRI, MORENA, mediante la puesta en marcha del llamado "Carro Completo"; es decir, el mismo mecanismo que tanto Porfirio Díaz como posteriormente las facciones revolucionarias convocadas por Plutarco Elías Calles, propinaron a los mexicanos durante décadas, para mantenerse en el poder: es decir, la presentación de cifras oficiales con "victorias aplastantes", "apabullantes", del candidato presidencial y del Partido-Gobierno en su conjunto.





Claro, en esta ocasión (2018), antes de las elecciones y en el escarceo de las facciones revolucionarias para definir a quién respaldarían, buena parte del debate entre ellas se dio en la esfera pública, dados los efectos de la llamada "sociedad de la información" que estamos viviendo. De tal manera que la participación popular en las redes sociales y los casos de corrupción ventilados a través de las mismas, dieron un nuevo tono a dicho proceso. De hecho, Peña Nieto y los liberales auténticos no sólo habían emprendidos Reformas Estructurales (Constitucionales) para modernizar a México, sino también la cacería de políticos corruptos, convertidos en caciques estatales ligados muchos de ellos al narcotráfico. Nunca antes en la historia de México, un Presidente metió a la cárcel a tantos gobernadores o ex gobernadores --mayoritariamente de su propio Partido--, como Peña Nieto, que con ello se convirtió en incómodo para los viejos grupos de poder y le hizo perder su respaldo. 





Así que ante la celebración de las elecciones programadas para julio del presente año, las fuerzas políticas revolucionarias previamente adoptaron posiciones y construyeron sus fortalezas, en base a 3 grandes líneas:





1.-  Una primera fuerza estaba formada por los liberales natos, a través del llamado "Nuevo PRI". Y como tal, con posiciones eclécticas, siempre indispuesta a sujetar al partido-Gobierno a una ideología, a un esquema rígido. Es decir, esta corriente se mantuvo fiel a la línea inicial del PRI, que precisamente desechó ideologías, posturas rígidas, estatalizadoras y hasta marxistas, ya del PNR callista, ya del PRM cardenista, que habían llevado al país a padecer, por ejemplo, la Cristiada.





2.- La segunda fuerza revolucionaria que compitió abierta, declaradamente, fue la de las masonerías socialdemócratas, que se coaligaron con socialistas no masónicos, sobre todo dentro del PRD, para pretender un cambio de régimen: hacia un llamado Gobierno de Coalición. Con pleno control del otrora "derechista" Partido Acción Nacional (PAN), la masonería socialdemócrata impulsó foros, iniciativas de ley (como la de Puebla, enviada al Congreso local por Rafael Moreno-Valle) y hasta una alianza entre los mismos PAN y PRD, que dio origen a un "Frente" socialdemócrata para los comicios; todo ello con el fin de sustituir el modelo político vigente por el de un Gobierno de Coalición.





Lo más significativo de esta segunda fuerza revolucionaria es que evidenció tanto el desvío doctrinal como el extravío ético-político de la facción otrora católica dentro del PAN, que cayó en las garras de la partitocracia e hizo tanto del sincretismo como del irenismo, sus formas de vida. De tal suerte que hasta la fecha, inmersa en el profundo caldero conocido como "el panismo", la corriente católica dentro del PAN es sólo ya una tribu más, sin identidad propia ni capacidad de convertirse en opción univoca para el electorado, toda vez que al tomar la rienda liberal y contrariar su naturaleza por el sincretismo político-electoral, sólo ha contribuido a fomentar lo que aseguraba corregiría y había combatido desde sus inicios: la estrategia entreguista de la Democracia-Cristiana, de coadyuvar a la instalación de un gobierno comunista, falseando una oposición "católica".





3.-  Frente a la modernización de los liberales del "Nuevo PRI" peñanietista --que derribaba ídolos y metía a la cárcel a los caciques corruptos-- y la alternativa de compartir el poder a través de un "Gobierno de Coalición" --como lo impulsaban los masones socialdemócratas a través del "Frente" con sus dos Partidos, el PAN y el PRD--, las fuerzas nacional-revolucionarias rechazaron ambas vías y mejor decidieron darles la batalla y reinstalar de nueva cuenta el modelo callista del Partido-Gobierno con el esquema socialista-cardenista, que había perdurado casi 70 años en México. Esta corriente estaba fielmente representada por Andrés Manuel López Obrador.





Al decidirse por recobrar el poder, todas las corrientes revolucionarias opositoras al liberalismo modernizador o "neoliberalismo", --comunistas, judeo-comunistas, masones jacobinos, masones socialistas y masones socialdemócratas no alineados en el "Frente" PAN-PRD--,  paulatinamente fueron abandonando las posiciones que tenían en el PAN y el PRD y se integraron en MORENA, merced a negociaciones en lo oscurito. La voz cantante la llevaban elementos del Rito Nacional Mexicano, al que pertenece López y cobraron fuerza los de la masonería socialdemócrata, que hoy por hoy controlan el cuestionado internacionalmente Supremo Consejo (de Lucerna), que impuso sus condiciones, como es el caso de las muy criticadas, dentro y fuera del país:


*  El combate al "neoliberalismo".



*  El abatimiento de la reforma Energética y 


*  La imposición del socialismo salarial, vía la rebaja en las percepciones de los más destacados. 


Para corroborar lo aquí señalado, adjunto la declaración formal, firmada por los máximos dirigentes del cuestionado mundialmente Supremo Consejo [masónico] de México (de Lucerna), estableciendo en enero de 2017 tales demandas. Así, conforme los acuerdos se fueron consolidando entre las distintas corrientes y facciones revolucionarias, la famosa "maquinaria" del viejo Sistema volvió a operar como antaño: en una sola dirección y como en los viejos tiempos, para imponerse mediante el "Carro Completo", un cuento, por cierto, que después de repetirlo por poco más de medio siglo, acabó por exasperar a los mexicanos que en un principio se lo habían creído.

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El caso es que una vez restablecido el "Carro Completo" y obtenida otra "aplastante victoria" de la Familia Revolucionaria en la historia política del mexico posrevolucionario, el problema de la restauración del nacionalismo-revolucionario es que efectivamente representa la misma puesta en escena, una vez más, de Mike Jagger en el escenario, con los viejas rolas de los 60s




Vamos, ver en el escenario a Andrés Manuel López Obrador será como acudir al Fiesta Americana para ver escuchar a Enrique Guzmán, César Costa, Angélica maría y Alberto Vázquez. 



O como decía yo al principio, el que repentinamente reapareciera en  el escenario Houdini, para repetir el acto que míticamente le llevó a la muerte. es decir, repetir un acto fallido. Insistir en un modelo ya fracasado. Esto es, el regreso a esquemas estatalistas.


Ellos parecen no haberse dado cuenta de que estamos en otro momento.




Es más, el mundo está en el tránsito hacia una nueva época.





Así, con ello, López y MORENA llegan al mundo con las viejas rolas, tratando de presentárnoslas como las "melodías del momento". Pero lo cierto es que el discurso cotidiano de López, sus políticas y sus decisiones, son como volver a escuchar a Los Locos del Ritmo, ponerse suéteres como los de César Costa e ir a una de las meriendas de Chabelo o cantar con  el Tío Herminio "las rejas de Chapultepec, las rejas de Chapultepec, son verdes, son verdes, nomás para usted...".





El nacionalismo-revolucionario ni sirvió y está mundialmente enterrado. Por eso, cada vez que habla o toma una decisión López, el peso se devalúa, la Bolsa de Valores se cae y los mercados descalifican a México.





El Wall Street Journal acaba de reiterar este lunes los temores que genera López. Regresa al autoritarismo. Legaliza el estatalismo. Restaura a los narco-políticos con perdones y la legalización de sus productos, como la amapola y la marihuana. Anuncia sus Guardias Bolivarianas. Somete a todos los organismos autónomos. Impone el socialismo por la vía salarial. Instaura la Dictadura Parlamentarista del Proletariado o soviet supremo. Por eso, dicho diario afirmó: López está espantando a los inversionistas extranjeros.





López es un hombre que prácticamente no conoce la realidad mundial. Parece, pues, un rifle de corto alcance. Pero lo cierto es que sus viejos planteamientos político-económicos que enarbola, además de provocar pánico entre los inversionistas del mundo, están hundiendo al país. A horas de que tome posesión como Presidente de México...la Bolsa de Valores del país se ha vuelto a derrumbar. Llegó este lunes a su peor nivel desde el 2014.


Sí, las viejas fuerzas del Sistema pueden haber recobrado el poder y están festivas por ello...pero México padece por ellos. Y su "Carro Completo".