+ Muñoz Ledo: ¿Ejemplo Para la Niñez y la Juventud Mexicanas?
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Uno de los políticos más inconsistentes e incendiarios emanados del echeverriísmo, que ha lastimado el prestigio y la estabilidad político-económica de México, acaba de recibir en Puebla una presea, denominada "Llave Palafoxiana"; se trata de Porfirio Muñoz Ledo, promotor de la candidatura presidencial de Andrés Manuel López Obrador y, por lo tanto, antipanista declarado.
El premio a Porfirio Muñoz Ledo, otorgado por la Secretaría de Educación Pública, a cargo de Luis Maldonado Venegas, no se sabe si se entrega con toda intencionalidad para golpear aún más a los militantes del Partido Acción Nacional, o bien por un descuido, a éstas alturas inaceptable, de los funcionarios de la SEP estatal. ¿Por qué?
Bueno, pues porque mientras el gobernador Rafael Moreno-Valle Rosas -- a consecuencia de la paternidad de la anticonstitucional "Ley Mondragón"--, se ha visto envuelto en el escándalo político más grave que ha vivido Puebla desde la divulgación de las grabaciones de las llamadas telefónicas del "gober precioso", su gabinete entrega la "Lave Palafoxiana" a Muñoz Ledo, un hombre que se ha destacado por su confrontación con los principios de doctrina y plataforma política del PAN, partido en el cual dicen militar el Ejecutivo de la entidad y algunos de sus colaboradores.
El premio a Muñoz Ledo es por sus supuestas "contribuciones y trabajo en favor de la educación pública en el país". No se sabe cuáles.
Muñoz Ledo tuvo su auge con el gobierno de Luis Echeverría, quien para impulsar el renacimiento del "nacionalismo revolucionario" en el país, y golpear a las facciones liberales de la Familia Revolucionaria que operaban en el sector sindical, precisamente colocó a Porfirio como titular de la Secretaría del Trabajo. Su paso por esa dependencia constituye uno de los episodios más trágicos para la estabilidad política y económica del país, pues alentó huelgas que no solamente afectaron la producción y desalentaron la inversión --nacional y extranjera--, sino que minaron la estabilidad favorecida por el sindicalismo priísta de corte nacionalista.
Por si ello no bastara, y con el propósito de impedir cualquier movimiento disidente dentro del Partido en el poder ante la sucesión presidencial, el mismo Echeverría colocó a Muñoz Ledo en la cúspide del CEN del PRI, desde donde Porfirio impulsó la ideologización del Revolucionario Institucional en el espectro socialista o socialdemócrata, a través de la incorporación de dicho instituto político a la Internacional Socialista.
Como herencia echeverriísta, José López Portillo lo colocó en la Secretaría de Educación Pública en el sexenio siguiente y rapidamente se deshizo de él, al enviarlo al extranjero, como representante de su gobierno ante la Organización de las Naciones Unidas; posición que hubo de abandonar al verse envuelto en un escándalo callejero, por ingestión de bebidas embriagantes y afectación a terceros. Pero su paso por la SEP, fue intrascendente.
A partir de ahí, Muñoz Ledo ha mostrado su absoluta inconsistencia política, pues del PRI pasó a la conformación de organismos y partidos --como el PRD--, y a la militancia en unos y otros, que poco tienen de educativo y ejemplar para la niñez y juventud mexicanas.
Si el gobierno del estado de Puebla se está viendo envuelto en una disputa en torno al Partido Acción Nacional, ¿resulta coherente el premiar a un personaje como Muñoz Ledo, que precisamente en las pasadas elecciones apostó por López Obrador y no por Josefina; por el PRD y no por el PAN?
Claro, están los vínculos del propio Muñoz Ledo con exdirigentes de "Convergencia", hoy "Movimiento Ciudadano", que rodean al actual gobernador poblano, pero....
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