* LOS COMICIOS PARA GOBERNADORES, ENTRE PUROS "PRIISTAS": LEALES VS DELEALES
* EL "PAN", FIRMA A LA SOCIALDEMOCRACIA; EL CALDERONISMO, UN HÍBRIDO
Los resultados de las elecciones celebradas el domingo en México, para renovar 12 gobernadores, no dejan lugar a dudas:
1.- Ningún candidato panista ganó.
2.- Todos los que resultaron triunfadores en las 12 entidades, poseen la misma característica: son de extracción priista.
3.- De los 12 ganadores, 9 fueron postulados oficialmente por el PRI (Partido Revolucionario Institucional), y los 3 restantes --con amplia trayectoria priista--, impuestos por la vieja lider priista del magisterio, Elba Ester Gordillo y el operador zedillista Diódoro Carrasco.
4.- Fue una lucha, pues, entre priistas fieles al partido y priistas inconformes que nunca han abjurado de sus convicciones revolucionarias, pero que anteponen sus aspiraciones personales a la disciplina partidista.
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5.- Ninguno de los infieles priistas ganadores en los estados de Puebla, Oaxaca y Sinaloa, está identificado con los principios del PAN-Gobierno, y al ser postulados por una "coalición", evaden cualquier compromiso doctrinal con el panismo. Su lealtad es "a la maestra" o al operador zedillista. No a Felipe Calderón. No al PAN-Gobierno.
Pero también parecen refrendarse varios factores:
A) El PAN-Gobierno, a pesar de las quejas que se formularon por parte del equipo calderonista al sexenio de Vicente Fox, ha quedado totalmente desdibujado, despintado, sin identidad propia alguna ante la ciudadanía.
B) El híbrido ya no sólo es gubernamental, sino partidista. Ambos han hecho a un lado principios, doctrina, en aras del triunfalismo electorero.
C) De la misma manera, se confirma la consistente orientación y empuje del gobierno calderonista para la trasvase ideológica del PAN hacia una praxis socialdemócrata, en contradicción con la militancia de dicho partido en la Organización Demócrata Cristiana.
Lo fundamental, pues, se ha hecho a un lado.
Lo único cierto es que el "cambio" producido a partir de la negociación zedillista en el año 2000 con el ascenso de Vicente Fox, sólo ha permitido una transferencia de manos en el manejo del poder político en México, pero entre las mismas facciones de la Familia Revolucionaria. De tal manera que alquilando el registro del PAN o del PRD, por ejemplo, viejos militantes priistas se hacen de las gobernaturas con el apoyo del sindicalismo más nefasto que ha existido en México: el que encabeza Elba Esther Gordillo en el magisterio nacional.
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