El gobierno mexicano, que encabeza Felipe Calderón, parece haber sido descubierto "con las manos en la masa": tratando de imponereste fin de semana al nuevo dirigente de la Organización Demócrata Cristiana de América, mediante una "elección de estado".
En otras palabras,tratando de replicar a nivel continental el prototípico modelo mexicano de una "elección sucia".
O quizá, para ser más gráficos y ajustados a las experiencias electorales más recientes de México, aplicar el mismo método que permitió al gobernador mexicano Fidel Herrera Beltrán (quien mereció un reconocimiento público después de las elecciones por parte de las logias masónicas veracruzanas), conseguir el triunfo de su candidato al gobierno del estado de Veracruz: "arreglar" las elecciones en forma previa, por la vía telefónica.
La denuncia fue formulada en el exterior, por los dirigentes demócrata cristianos de Colombia y Cuba, y consiste en tres sucesos que no han pasado desapercibidos para analistas nacionales y extranjeros:
1.- Que Felipe Calderón estaría tratando de tener injerencia directa en la vida interna de la Organización Demócrata Cristiana de América, que agrupa a 25 partidos y movimientos de 25 países del Continente.
2.- Que Felipe Calderón estaría tratando de aprovechar su condición de Presidente de México para tratar de influir directamente con jefes de estado del mismo Continente --mediante llamadas telefónicas--, para forzar el voto en favor de su propio candidato.
3.- Que Felipe Calderón estaría aplicando el mismo mecanismo que fue reprobado en México semanas atrás, cuando se revelaron grabaciones de conversaciones telefónicas del gobernador prista del estado de Veracruz, "arreglando" los comicios a través de llamadas por el movil.
Si bien esta denuncia provocó gran revuelo internacional y obligó a la Secretaría de Relaciones Exteriores de México a emitir un comunicado, también es cierto que a algunos analistas nacionales y extranjeros, este presunto proceder del Presidente mexicano sólo estaría reiterando una práctica que le han detectado a lo largo de su mandato:
A) Romper la cohesión del partido político que formalmente lo llevó al poder, el PAN, mediante el fomento a la división interna, a través dela marginación y en algunos casos hasta linchamiento político de militantes del ala doctrinal, identificados con la doctrina social cristiana, y
B) La búsqueda también afanosa de la confrontación entre los propios militantes del ala doctrinal, Manuel Espino y Jorge Ocejo, al tratar de convertirlos en una especie de perros: peleados por un "hueso".
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